lunes, 30 de junio de 2014

Jamés pensé que alcanzaríamos!

6pm: El que acababa de ser sin duda alguna uno de los partidos más increíbles que habíamos visto en la vida, había terminado. Emocionados volvimos a la casa, y después de ver las declaraciones de prensa del técnico uruguayo Óscar Tabárez y las del técnico argentino de la selección colombiana José Pekerman, le dije a Nicolás que sería chévere hacer una canción sencilla sobre el mundial; en seguida sacamos la guitarra y comenzamos a tirar ideas. A Nicolás se le ocurrió jugar un poco con el nombre “James”, y propuso que la canción comenzara con algo como “Ja! Me estaba emocionando” (dicho rápido suena como “James taba emocionando”). Probamos un poco por ese lado, pero no salió nada y casi de inmediato surgió la idea de hacer algo utilizando la palabra “jamás”, pero reemplazándola por Jamés. Vino la inspiración y en media hora ya teníamos lista la melodía y la letra; ahora había que practicarla, aprendérsela y grabarla.

7pm: Vinimos a mi casa y empezamos a practicar la canción recién salida del horno con el teclado y la guitarra. Hicimos algunos arreglos de voces y algunas modificaciones en los acordes, y después de más o menos una hora trabajando en eso, decidimos que ya era hora de grabarla. Alistamos la cámara y el audio y desarmamos el cuarto para preparar un set mínimamente decente, pero cuando ya comencé a encuadrar la toma viendo a través de la cámara, me di cuenta de un problema: teníamos una cortina blanca y sosa detrás, y el escenario no podía ser más pálido y descolorido.

9pm: Nos acordamos que en el lugar en el que habíamos visto el partido esa misma tarde tenían una bandera de Colombia, y pensamos que quizá nos la podrían prestar. Salimos a la calle nuevamente, la noche estaba fría, lluviosa y curiosamente muy silenciosa. Para pesar nuestro el lugar ya estaba cerrado, con lo cual nuestras esperanzas de conseguir una bandera de Colombia se reducían en un 90% (el 10% restante era un grupito de amigos medio borrachitos que estaban cantando canciones flamencas en el parque con guitarra). Decidimos pasar por un bar cercano con música en vivo que nos gusta mucho en el que además por haber tocado en algunas oportunidades conocemos a Johnny, el dueño. Muy buena gente como siempre, salió a saludarnos y nos dijo que desafortunadamente no tenía ninguna bandera; pero cuando ya nos íbamos a despedir salió con nosotros del lugar y fue a la pizzería de al lado a preguntar si quizá ellos tenían una. En esas llegó el motociclista de los domicilios, quien coincidencialmente traía con él una bandera. “Ahí tienen esta, si quieren la pueden usar”, nos dijeron las de la barra. “El problema es que esta completamente emparamada”, dijo el de la moto. Efectivamente la bandera estaba goteando todavía, y además estaba sucia a más no poder. Con tristeza nos despedimos pensando que lo mejor sería grabar el video con nuestra cortina pálida e insulsa.

9:30pm: Salimos de la pizzería cabizbajos, pero Johnny nos dijo que él conocía a un vecino que tal vez tendría una. “Hola Joao”, dijo a través del intercomunicador de un edificio cercano. “Vé, vos no tenés una bandera de Colombia por casualidad?”.  Joao le respondió que no tenía ninguna, y nosotros le dijimos a Johnny que le preguntara si tal vez no tendría una camiseta de la selección. “Ah pues tengo una, espera la busco y te la bajo”. Bajó después de un rato con su ruana, nos abrió la puerta del edificio y después de quejarse un poco del frío que estaba haciendo en Bogotá nos dijo: “Pues el problema es que la camiseta que tengo es la de la selección del 2002... sin embargo si quieren se la llevan, puede que les sirva para algo”. Subí con Joao a su casa y sacó de una caja una camiseta de la selección, efectivamente del equipo de hace diez años o más.

Con la ayuda de Johnny y Joao ahora por lo menos teníamos algo amarillo para poner en la guitarra o en algún lado, y así poder contrarestar un poco el blanco pálido de la cortina; pero todavía necesitábamos algo más. “Esperame le timbro a mi amiga aquí del 103, que ella debe tener una bandera”, dijo Johnny. Timbramos un rato, pero no apareció su amiga. Sin desistir Joao y Johnny decidieron probar suerte con otros vecinos que conocían, y pronto apareció un pereirano muy buena gente quien nos dijo que tenía dos camisetas donde una amiga que vivía por ahí cerca, y que con gusto nos las podría prestar. Mientras yo le daba la dirección de mi casa para que nos las pudiera llevar en un rato, llegó Johnny con una bandera grande y limpiecita que había conseguido con su amiga del 403. Contra todo pronóstico ahora teníamos una camiseta del 2002, una bandera grande y reluciente, y dos camisetas de la selección actual.

10pm: Volvimos a la casa, y con unos clips de papel logramos colgar la bandera en la cortina blanca. Nos tardamos un poco, ya que no queríamos dañar ni la bandera ni la cortina y hacer que la bandera se quedara quieta no no era tarea fácil. Puse una lamparita de escritorio cerca al escenario para que quedara un poco más iluminado, preparamos la cámara y el audio, y nos pusimos a practicar la letra nuevamente, esperando a que llegara nuestro nuevo amigo pereirano Julián con las camisetas. Después de veinte minutos llegó con su novia brasilera y dos camisetas de Colombia: una roja y otra amarilla (y por si fuera poco, las dos de nuestra talla!).

10:30pm: Comenzamos a grabar tomas, Julián y su novia vieron las primeras y luego se fueron. Habremos hecho unas veinte pruebas; en todas Nicolás o yo nos equivocábamos en la letra en alguna parte de la música, y el tiempo seguía corriendo. La canción era demasiado reciente, y no era fácil clavar en una sola toma toda la letra y la música sin errores. Aún estábamos en proceso de aprendernos la letra y la música, pero como teníamos solo una hora y media para colgar el video en youtube antes de que fueran las 12 del día siguiente (29 de junio), había que hacer una toma bien sí o sí; queríamos que quedara constancia en youtube de que habíamos compuesto y grabado la canción el mismo día del partido!

11:30pm: Finalmente nos salió una toma bien de principio a fin. Rápidamente desconectamos la cámara, y en el computador hicimos una edición sencilla arreglando un poco el color del video y poniendo unos títulos básicos al final. Ahora teníamos media hora para que el programa hiciera el “bounce” de la canción, y luego subirla a youtube.

11:55pm: Cinco minutos antes de las 12, youtube terminó de subir la canción: felizmente había quedado registrada el día 28 de junio.

Sin la buena onda de Johnny, Joao y Julián, muy probablemente habrían conocido esta canción de una manera muy diferente (o al menos definitivamente mucho más descolorida!). Mil gracias a los tres!

En fin, una tarde muy particular para un partido inolvidable
(y ahora sí nos tocó comprar camisetas propias!).









sábado, 14 de junio de 2014

Diálogos para la paz y el trancón

La semana pasada iba con mi hermano por la calle, y en una esquina nos encontramos con un carro que no se movía. Logramos pasarlo, pero antes de seguir nuestro camino abrimos la ventana y le preguntamos de manera respetuosa a la señora que iba manejando que por qué no ponía las luces de parqueo. “Es que no voy a parquear”, nos respondió. “Y entonces porque está ahí quieta parando el tráfico?”, le preguntamos desconcertados.

“Porque me da la gana”, dijo.

Apostaría a que esta misma señora unas horas después en algún trancón muy seguramente pitó y madreó a más de uno reclamando alguna maniobra absurda: la cadena ilógica que se vive aquí todos los días. Todo el mundo reclama y esta con el pito y el insulto bajo la manga listo para bombardear a cualquiera que pueda violentarle sus derechos, su comodidad o su espacio, pero muy pocos se toman el trabajo de revisar su propia conducta para poder entenderse como parte de un problema más grande que uno mismo. La señora en su ejercicio de poder cotidiano, prefiere antes que pedir perdón, decir la primera imbecilidad que se la pasa por la mente: “porque me da la gana”, dice muy airosa.

Para mí no hace falta vislumbrar el panorama político para ser escéptico y pesimista; con salir a la calle y meterme en un trancón ya es suficiente. Es como si no existiera una consciencia colectiva, algo que le recuerde a la gente que forma parte de una sociedad y de un sistema que requiere que no todo el mundo vele únicamente por sus intereses personales. Pienso que la única manera de que las cosas aquí empiecen a cambiar es saliendo de este esquema individualista que nos impide ver la responsabilidad que tenemos todos dentro de esta sociedad y el reconocimiento de que somos todos parte del problema y de la solución a la vez.

Un gobierno que pretende seguir haciéndole creer a la gente que en Colombia no hay paz únicamente porque unos terroristas decidieron un día cualquiera irse al monte a echar bala, es para mí la misma cara de esa persona que se pega al pito cuando el bus se le atraviesa y le cierra el paso por recoger a un pasajero en un sitio indebido, pero que guarda en la guantera un insulto para cuando alguien en su derecho le reclame algo. Por eso me inclino más a la postura de abrir el diálogo; porque sentarse en la mesa ya implica reconocer que uno es parte del problema.

Así que sin entrar en mayores detalles y pese a lo mucho que detesté muchas de las políticas de Santos durante estos cuatro años, le voy a dar mi voto este domingo. El solo hecho de que el gobierno agache un poco la cabeza invitando a la reconciliación es para mí símbolo de algo que aquí deberíamos entender todos, y es que aquí en Colombia no hay paz no solo porque algunos decidieron ir al monte a apoyar a una u otra guerrilla sino porque aquí nadie es capaz de pedir perdón.