La semana pasada estuve en cine viendo una película que relata la
vida de algunos refugiados y guerrilleros palestinos en los años
setenta, y de cómo transcurren sus días en medio de algún lugar remoto
entre el monte y el desierto. La película es muy sugerente, y me parece
que invita al espectador a entrar por un momento en la monotonía y el
absurdo de la situación en la que vive esta gente con un futuro tan
difuso e incierto por delante. El título de la película es igual de
sugerente, y abre la película llevando a la audiencia a pasar unos días
en ese mundo trágico como un observador más. “When
I saw you”, se llama.
Al parecer al traductor al español no le
pareció que “Cuando te vi” funcionaría como título, así que decidió
ponerle uno diferente: “Sueños de libertad”.
Absurdo, ridículo, insólito.
Primero porque ya hay varias películas con esa traducción: “Shawshank
Redemption” (1994) de Frank Darabont, “The Immigrant” (2014) de James
Grey, “Their eyes were watching God” (2005) de Darnell Martin, y quien
sabe cuántas más, tienen en común que en español se llaman igual.
-“Te invito a ver ‘Sueños de libertad’.
-“Ay qué lindo, gracias! Cual de todas?”
-“No, no, no... sorpresa, sorpresa!”
Segundo, porque cómo es que pasan de un título tan ambiguo como “When I
saw you” a uno tan explícito, cursi y gastado como “Sueños de libertad”? Apostaría a que encima es
algo que el director nunca aprobaría!
-Steven, nos parece
que “Jurassic Park” tal vez no venda mucho en nuestro país. Qué te
parece si mejor le ponemos algo como “Corre, es el terrible
Tiranosaurio!!!”?
Para nadie es un misterio que
hay ocasiones en
las que no queda más remedio que modificar el título original de la
película por uno diferente al cambiar de idioma- algunas veces por ser
estos expresiones
típicas de la otra lengua, por involucrar juegos de palabras sin
traducción literal posible, o simplemente porque sonoramente quedan muy
mal. Sin embargo me parece un abuso y un atropello al criterio del
director el cambiar el título original
por cualquier payasada, pasando por encima del espíritu de la película y
únicamente pensando en la manera de hacerla más comercial.
En
fin, no queda más remedio que buscar en
internet el nombre de la película original y hacer oidos sordos al
nombre en cartelera. Por el momento solo cabe esperar que alguien le
recuerde al genio que le puso “Sueños de libertad” a la película de
Lamma Shoftak “When I saw you”, que ya hay montones de películas con ese
mismo nombre y que no insista en confundir al pobre Google (y que de
paso le sugiera ver las películas muchas más veces antes de cambiarles
el título, a ver si logra captar mejor el espíritu de la narración!). O tal vez deberían dejar de decidir las traducciones a los títulos de las películas en medio de borracheras con amigos, y pasar a hacerlas el lunes por la mañana en horas de oficina cuando todavía reine la sobriedad y la cordura.
La lista es interminable, pero aquí les dejo algunos casos memorables
que se me vienen a la cabeza en este momento, también victimas de este
síndrome del traductor creativo.
“My Girl” (1991).
Traducida en Latinoamérica como “Mi primer beso”.
Me imagino que al responsable de ponerle ese título en español lo echaron del trabajo cuando salió la secuela “My Girl 2”! (“Mi primer beso 2” se habría llevado el premio al título más ridículo en la historia del cine. Y para completar en la secuela la niña ya no se da ningún beso!).
“L’Auberge espagnole” (2002)
Aunque su justa traducción habría sido “El albergue español”, alguien decidió traducirla genialmente a “Una casa de locos”. Y aunque cualquiera
pensaría que es una película gringa hermana de “Una navidad de locos” o
“Mi mico es un loco”, la realidad es que es una película española-franesa
muy original acerca de un grupo de estudiantes Erasmus de diferentes
países europeos que viven un año en un hostal en la ciudad de Barcelona.
“Child’s Play” (1991)
Traducida al español como “Chucky, el muñeco diabólico”.
Como
si la audiencia fuera idiota, necesitan recordarle al público que el
protagonista es un muñeco diabólico (y para evitar malentendidos dejan
bien claro que además se llama Chucky).
Menos mal no le pusieron a “Rain Man” (1988) “Raimundo, el
hombre autista”.
“Pinocho” (1940)
Traducida al español como “Qué niñito más mentiroso”.
Por suerte alguien se opuso, y dejaron el título original.