lunes, 21 de julio de 2014

“Sueños de traductor”

La semana pasada estuve en cine viendo una película que relata la vida de algunos refugiados y guerrilleros palestinos en los años setenta, y de cómo transcurren sus días en medio de algún lugar remoto entre el monte y el desierto. La película es muy sugerente, y me parece que invita al espectador a entrar por un momento en la monotonía y el absurdo de la situación en la que vive esta gente con un futuro tan difuso e incierto por delante. El título de la película es igual de sugerente, y abre la película llevando a la audiencia a pasar unos días en ese mundo trágico como un observador más.  “When I saw you”, se llama.

Al parecer al traductor al español no le pareció que “Cuando te vi” funcionaría como título, así que decidió ponerle uno diferente: “Sueños de libertad”.

Absurdo, ridículo, insólito.

Primero porque ya hay varias películas con esa traducción:  “Shawshank Redemption” (1994) de Frank Darabont, “The Immigrant” (2014) de James Grey, “Their eyes were watching God” (2005) de Darnell Martin, y quien sabe cuántas más, tienen en común que en español se llaman igual.

-“Te invito a ver ‘Sueños de libertad’.
-“Ay qué lindo, gracias! Cual de todas?”
-“No, no, no... sorpresa, sorpresa!”


Segundo, porque cómo es que pasan de un título tan ambiguo como “When I saw you” a uno tan explícito, cursi y gastado como “Sueños de libertad”? Apostaría a que encima es algo que el director nunca aprobaría!

-Steven, nos parece que “Jurassic Park” tal vez no venda mucho en nuestro país. Qué te parece si mejor le ponemos algo como “Corre, es el terrible Tiranosaurio!!!”?

Para nadie es un misterio que hay ocasiones en las que no queda más remedio que modificar el título original de la película por uno diferente al cambiar de idioma- algunas veces por ser estos expresiones típicas de la otra lengua, por involucrar juegos de palabras sin traducción literal posible, o simplemente porque sonoramente quedan muy mal. Sin embargo me parece un abuso y un atropello al criterio del director el cambiar el título original por cualquier payasada, pasando por encima del espíritu de la película y únicamente pensando en la manera de hacerla más comercial.

En fin, no queda más remedio que buscar en internet el nombre de la película original y hacer oidos sordos al nombre en cartelera. Por el momento solo cabe esperar que alguien le recuerde al genio que le puso “Sueños de libertad” a la película de Lamma Shoftak “When I saw you”, que ya hay montones de películas con ese mismo nombre y que no insista en confundir al pobre Google (y que de paso le sugiera ver las películas muchas más veces antes de cambiarles el título, a ver si logra captar mejor el espíritu de la narración!). O tal vez deberían dejar de decidir las traducciones a los títulos de las películas en medio de borracheras con amigos, y pasar a hacerlas el lunes por la mañana en horas de oficina cuando todavía reine la sobriedad y la cordura.

La lista es interminable, pero aquí les dejo algunos casos memorables que se me vienen a la cabeza en este momento, también victimas de este síndrome del traductor creativo.

“My Girl” (1991).
Traducida en Latinoamérica como “Mi primer beso”.
Me imagino que al responsable de ponerle ese título en español lo echaron del trabajo cuando salió la secuela “My Girl 2”! (“Mi primer beso 2” se habría llevado el premio al título más ridículo en la historia del cine. Y para completar en la secuela la niña ya no se da ningún beso!).

“L’Auberge espagnole” (2002)
Aunque su justa traducción habría sido “El albergue español”, alguien decidió traducirla genialmente a “Una casa de locos”. Y aunque cualquiera pensaría que es una película gringa hermana de “Una navidad de locos” o “Mi mico es un loco”, la realidad es que es una película española-franesa muy original acerca de un grupo de estudiantes Erasmus de diferentes países europeos que viven un año en un hostal en la ciudad de Barcelona.

“Child’s Play” (1991)
Traducida al español como “Chucky, el muñeco diabólico”.
Como si la audiencia fuera idiota, necesitan recordarle al público que el protagonista es un muñeco diabólico (y para evitar malentendidos dejan bien claro que además se llama Chucky). Menos mal no le pusieron a “Rain Man” (1988) “Raimundo, el hombre autista”.

“Pinocho” (1940)
Traducida al español como “Qué niñito más mentiroso”.
Por suerte alguien se opuso, y dejaron el título original.

4 comentarios:

  1. Te regalo uno fuera de serie:

    "My Darling Clementine" (John Ford, 1946)
    Traducida en España como "Pasión de los fuertes".

    Un abrazo desde Grecia, y espero que nos crucemos pronto por esos mundos.

    Esteban Peralta

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    1. Jajaja, buff absurdo. Será que estas películas las traducen en medio de alguna borrachera con amigos?

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  2. Te regalo uno igualmente absurdo:

    "The Sound of music" (Robert Wise, 1965)

    A mí este caso me parece una perla por donde se lo mire. No bastó con que en España le dieran el ridículo nombre de "Sonrisas y lágrimas" sino que en Latinoamérica la película terminó siendo conocida como "La novicia rebelde" (a mi juicio, un nombre más apto para una obra de cine pícaro que para un musical).

    Pero eso no es todo: en Italia decidieron darle el nombre más italiano de todos los posibles; la apoteosis de la italianidad: "Tutti insieme appassionatamente". Que vivan los traductores creativos.

    Un abrazo y te espero pronto de nuevo por Berlín.

    Santi

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  3. Me acuerdo que mi suegro me hablaba de una película del oeste (estadounidense) que en español se llama "el gran tiroteo", y mi suegro me decía, que solo había un tiro. Otro ejemplo de las malas traducciones. :))

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