miércoles, 5 de junio de 2013

Embalados en Valados




Nos quedamos con la boca abierta. Era un hotel SPA en una colina con vista a una playa increíble y el día estaba hermoso. Le dimos un paseo corto para poderlo conocer un poco, más pensando en lo que nos íbamos a perder que en lo que íbamos a poderlo disfrutar, y dejamos las cosas en las habitaciones para hacer una merecida siesta... de 7 minutos. Habíamos salido de Porto a las 4pm en vez de a la 1pm (como habíamos planeado), y fuera de eso Sofia se había pasado de la salida de la carretera al pueblo Nazaré por estar coordinando cosas del concierto infantil del día siguiente por teléfono mientras conducía, con lo cual el viaje fue hora y media más largo de lo normal. Los organizadores de la 16ava edición del Festival de jazz de Valado dos Frades (Portugal) nos habían reservado una noche en un hotel buenísimo frente a la playa, para que pudiéramos descansar después de nuestro concierto. Sin embargo tuvimos la mala suerte de que Petros (el bajista) tenía organizado un concierto en Grecia al día siguiente, y tenía que estar en el aeropuerto de Porto a las 6 de la mañana. No tuvimos más remedio que dejar las cosas en el hotel, ir a tocar, volver a las 3am a recogerlas, manejar dos horas y media a Porto para dejar a Petros en el aeropuerto e intentar perdonarlo por semejante desplante.


Triste habría terminado la historia, de no haber sido porque fue uno de los conciertos más especiales que hemos tenido. El Festival de jazz do Valado dos Frades lleva 16 años organizando con las uñas y con voluntarios del pueblo un festival en el que se traen a muchos de los mejores músicos de Portugal, y que se ha convertido en un evento de mucha reputación entre la comunidad. Todos los que trabajan en la organización son voluntarios, y se nota que la gente del pueblo espera ansiosa el cartel de cada año. Nos tenían una mesita en la parte de abajo con algunas tapas cocinadas por la hermana del director del festival, y después de la prueba de sonido nos fuimos a la casa de uno de los organizadores a cenar. Nos sentamos Sofia, Marcelo, Petros y y, con Adelino (el director), su hermana, el ingeniero de sonido, el dueño de la casa, su esposa y un par de amigos más. Estuvimos oyendo chistes de Adelino y anécdotas de diferentes giras que ha organizado, mientras comimos un banquete que casi no nos deja levantar de la mesa.


Acto seguido nos llevaron a la biblioteca del pueblo, donde se presentan los invitados al festival, y después de que Sofia terminara de definir el ‘set list’ subimos al escenario. Desde ese momento hasta que terminamos el concierto la audiencia no hizo ruido sino para aplaudirnos y ovacionarnos en gritos casi ensordecedores después de cada tema. El público hizo que nos sintiéramos más cómodos que nunca, y la música que tocamos entró en resonancia con un espíritu creativo increíble. Canciones que hemos tocado muchas veces terminaron entrando en lugares desconocidos, y sonaron distinto a todas las demás veces que las hemos tocado. Nos aplaudieron de pié durante un largo rato, y tocamos dos canciones fuera del programa que nuna antes habíamos tocado. Luego bajamos y estuvimos tomando cerveza y vino de Porto con la gente en el bar de lugar, mientras firmábamos los CDs que muchos compraron y recibíamos todo tipo de elogios. Firmamos un libro del festival, nos tomamos algunas fotos y a las 3 de la mañana llegó el momento duro de despedirse para ir al hotel, recoger nuestras cosas y manejar dos horas y media al aeropuerto de Porto para dejar al niño Petros listo a coger su vuelo a Grecia. Probablemente fue la buena energía que me quedó del concierto (más los tres cafés que me tomé antes de viajar) lo que hizo que a pesar de tener un jet lag fuertísimo y estar muerto de cansancio pudiera manejar hasta Porto sin quedarme dormido.


Esta carrera no es fácil, y tiene tantos momentos duros como gloriosos. Lo bueno es que por 10 fiascos que se puede uno llevar, un concierto como el del sábado lo arregla todo y hace uno sienta que realmente vale la pena hacer lo que hace. A veces no viene nadie a los conciertos, a veces el sonido es malísimo, a veces nadie escucha, a veces uno siente que no es suficientemente bueno, a veces hay que cargar instrumentos todo el día y romperse el trasero ensayando para acabar perdiendo plata. Pero estar en un pueblito en un lugar remoto de Portugal junto a gente que organizó un festival con tanto cariño, más la increíble cena que nos prepararon en casa de uno de los organizadores, el recibimiento tan cálido del público y una ovación que nos pidió tres canciones de ‘bis’, la cantidad de CDs que vendimos y la gente que hacía cola para que todos pudiéramos firmarlos, el nivel de creatividad que infestó la música que tocamos y la cerveza que nos tomamos con algunos de los asistentes, nos dejó a todos pila para un rato largo. Lo bueno además es que todavía tenemos por delante concierto en Barcelona, Paris, Bruselas y Luxemburgo, y estando sonando así va a ser un disfrute total.


Así que bueno... probablemente fuimos los huéspedes que estuvimos menos tiempo en el hotel (15 minutos), pero nos fuimos más contentos que si hubiéramos pasado la tarde entera en el SPA y viendo el atardecer desde una piscin... (mejor dejémoslo ahí).

Próximo concierto: jueves 6 en Barcelona, en el café del Conservatorio del Liceu a las 8.30pm.



3 comentarios:

  1. NO hay duda que la pasión por el oficio hace que todo valga la pena. Me muero de la envidia de esos miembros del público que pudieron disfrutar de semejante talento y carisma. Ojala lo que queda sea todavía mejor. Lástima la piscina...con limitado de coco, una siesta después de un rico masaje le cae bien a todo el mundo...pero ya será. Un abrazo muy grande y espero ese concierto para Simón que canta todas las canciones en portugués con una felicidad absoluta.

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    1. Juanis querida!!! Hasta ahora veo tu comentario, y como siempre me alegraste mucho el rato. Ya Sofia esta comenzando a organizar todo el tema de las traducciones para que Simón pueda cantar las canciones en español! Mil gracias por la calidez de siempre, y dale un abrazo enorme a toda la familia!

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  2. Yo estaba allí disfruté, abrazo
    João Nicolau

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