viernes, 2 de agosto de 2013

Mundos y submundos

En el metro de la 14 con 8va avenida en Nueva York a veces está un señor tocando piezas clásicas muy complejas en un teclado. El tipo tiene una pinta rarísima: botas con estrellita de vaquero, un chaleco lleno de cosas colgándole, una gorra con una especie de linterna, bigotes largos blancos, un celular colgándole del cuello y una cuchara amarrada al pantalón. Toca sin parar en medio de la gente que pasa por lado y lado, y la música aparece y desaparece a medida que pasa y se va el tren. Me quedo mirándolo un buen rato, y en un momento veo que el tipo se da cuenta que alguien lo está oyendo. Sigue tocando, y de repente para y me grita desde lejos “I have been trying to learn this part for twenty years, and I think I finally got it!”. Me acerco y el tipo me cuenta apasionadamente en medio del barullo del metro toda una historia sobre Schumann y su mujer, y de la relación de la obra que está tocando con el momento en el que el compositor la escribió. Despidiéndome le doy la mano al intrigante personaje, y me voy con ganas de leer sobre Schumann mientras él se vuelve a sentar para seguir tocando su anónimo concierto. Sólo en Nueva York! 



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