sábado, 2 de noviembre de 2013

Esclavos y cowboys

Hace rato no me impactaba tanto una película como “12 Years a Slave”. Anoche me fui a dormir entre agradecido con la fortuna que tengo de ser libre, el interés de querer aprender más sobre el contexto, el alma arrugada pensando en los millones de casos similares que habrá detrás de los datos históricos de Wikipedia, la impresionante fotografía y las fuertísimas imagenes de la película, y la escena ridícula del tipo semi-desnudo que vimos en el metro volviendo a la casa disfrazado de “naked cowboy” (al menos eso estaba escrito en sus calzoncillos, sus botas, su sombrero y su guitarra), y de la señora burlona que lo criticó todo el viaje con sus amigas diciéndole que ya no era Halloween y diciéndole a sus hijitos que le bajaran los calzoncillos (cosa que efectivamente hicieron). La primera película se las ultra recomiendo (pero prepárense para un post-peliculatorio traumático); la segunda podría ser el guión de una película de humor barato a la que yo le pondría “Dar papaya”, y a la que no iría jamás (más barato y divertido comprar un tiquete de metro en Nueva York). Feliz fin de semana.



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